Carta
a la Dra Enriqueta Jimenez, Antequera,
Andalucía, España.
La tradición
judaico cristiana , carga la oreja de una gran densidad
simbólica, la historia de la Salvación, pone la oreja
al centro de los
acontecimientos, protagonista desde
Génesis, a los Sinópticos y a
Los Hechos de los Apóstoles.
El verso "
Gaude Virgo Mater Christi, quae per aurem concepisti " ,
testimonia su protagonismo. La Angelica Salutatio de Fra
Angelico , pone en la oreja de María, el
Logos encarnado.
Antes de
revisar los protoevangelios, gustaría
de las notas de Jean
Chevalier .
Una forma de
aurículoterapia
“Carl.G. Jung señala la práctica de los brujos
zulúes, que curan a un enfermo soplándole en una oreja con un cuerno de
buey, para expulsar a los espíritus malignos de su cuerpo.” (1).
El historiador francés, atento
a la simbólica sexual señala: Un hereje de nombre Eliano, escribió Rémy de Gourmont (G0UL, 315), fue
condenado en el concilio de Nicea por haber dicho «El Verbo entró por la oreja
de María...» . La Iglesia, no se pronunció de manera dogmática y dejó a Enodio tomar
la tesis de Eliano; el misal
de Salzburgo lo testimonia.
En el breviario de los Maronitas, R. de Gourmont, señala la antífona
: Verbum Patris per aurem Bendictae intra vil.
La interpretación sexual ignora el
significado: humildad, obediencia a
la palabra divina. Las palabras del arcángel Gabriel son
aceptadas, María concibe
libremente al Mesías.
La oreja es aquí el
órgano del intelecto, de la Fe.
El erudito antropólogo francés sigue deleitándonos : considera ahora la expresión, orejas de burro. Esta proviene de la leyenda, Apolo le cambia las orejas al rey Midas, por preferir los sonidos de la flauta de Pan , a la música del templo de Delfos. Esta preferencia
indica, en las orejas de burro, la búsqueda de las seducciones sensibles más que
la armonía del espíritu y el dominio del
alma .
Mi amiga Enriqueta , ¿ su benevolencia aceptaría que mi afirmación
siguiente está fundamentada ? :
La auriculoterapia-medicina, inicia antes de la inspección de la oreja, cuando el médico pronuncia, sus
primeras palabras, cuando su Logos
curativo, lo escucha el paciente y responde con ondas sonoras, que
ponen en moto, el encuentro de dos conciencias bajo
pretexto de la corporeidad.
(1)
Jean
Chevalier Diccionario de los
Símbolos Católicos pag 48, 906,
sabias espirituales y cientificas palabras, en todo de acuerdo
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